~ Atención, puede contener spoilers de la película.
No sería descabellado afirmar que Flores en el Ático, el bestseller de V.C. Andrews basado en la disfuncional familia Dollanganger, bien podría haber sido el Crepúsculo o Los Juegos del Hambre de los años 80. La novela —tan llena de aberraciones, matricidio, filicidio, relaciones incestuosas y psicosis—, conmocionó a millones de lectores en todo el mundo. Tal éxito, como hoy, se tradujo en una película cinematográfica, eso sí, no a la altura de las circunstancias aunque precedida por la gran acogida de la genial obra literaria.
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Llegada a Foxworth Hall |
Hablando en plata,
Flores en el Ático, rodada en 1987, no es que sea una película mala, sino que
tiene una manera diferente de desarrollar la historia y de culminarla a su
libre albedrío. Con una legión enorme de lectores, aquello no hizo otra
cosa que herirles la moral y no hacer justicia a una novela maravillosa desde mi punto de vista. El error que tuvo que pagar
la obra de Andrews fue el hecho de que
fue escrita en una época que no le correspondía, adelantada a su tiempo. Si
V.C. Andrews la hubiera escrito hoy día en los albores del siglo XXI,
sería otra cosa. El cine ha mejorado mucho desde el 87, hay mejores
directores y más presupuesto. No sé cómo sería EE.UU en los 80, pero en
España estábamos viviendo los primeros años de la democracia, con la
recién instaurada libertad de expresión y los primeros destapes sin
censura franquista. No nos habríamos llevado las manos a la cabeza.