Por fin tengo algo así como un marcapáginas oficial para Filóloga Bibliófila, y mira que he estado mucho, pero muuuucho tiempo en busca y captura de uno. ¡Zas! resulta chocante que yo, encargada del diseño del blog, me aventure a pedir a otra persona una cosita de estas. Pero señoras y señores, no he nacido para Photoshopear. Por lo que tras visitar no sé cuantas páginas de diseño web, recibir otras tantas dudas, esperas de respuestas ... etecé, etecé, finalmente di con uno acorde a mis gustos, y sobre todo, con la temática del blog. Y todo gracias a Natalia en su Arte Literario; recomiendo sus marcapáginas encarecidamente, en verdad son preciosos, y tienen bastante éxito en la Red. Y yo que los colecciono a miles en un gustazo.
Pero vayamos al kit de la cuestión. He aquí el susodicho marcapáginas, sin reverso, y con una frase que dice así:
Un libro, como un viaje, se comienza con inquietud y se termina con melancolía
No puede ser más cierta y parece que antes de pedirle a Natalia que me personalizara el marcapáginas, la frase conectara conmigo, pues asi me siento cuando empiezo a leer un libro, me sumergo en su historia y la acabo tiempo después con la inquietud y la melancolía formando parte de mis sentimientos y terminando por esfumarse en la nada. Esa es la magia de la lectura.
Chris y Cathy han construido un dulce hogar con Jory de catorce años de edad, tan guapo y de modales dulces, y Bart, que tiene una deslumbrante imaginación para sus nueve años. Todo marchaba bien hasta que vinieron esos vecinos de la casa de al lado. Pronto la anciana Dama de Negro estaba ahí mirando, vigilada por su extraño y viejo mayordomo. Entonces la transformacion de Bart comenzó, alimentada por comentarios de cosas terribles acerca de sus padres, que lo conducirán a escandalosos actos de violencia. Ahora este pequeño niño tiembla en el borde de la locura. Sus angustiados padres esperan la culminación de un horror que floreció en un ático hace mucho tiempo, un horror cuyas espinas estan aun húmedas de sangre.
Hoy llega música especial para mis oidos, los tuyos y los de tod@s; una canción que me ganó desde el principio. Con ella empecé a tomarle gusto a la música con sello de Bon Jovi (más vale tarde que nunca). Muchos a raíz de este álbum tachan (injustamente) a los de Jersey como una banda de pop muy comercial; viniendo de unos rockeros como ellos (tod@s recordamos sus temazos ochenteros como el mítico Livin´ on a Prayer o You Give Love a Bad Name) es muy chocante, pero lo que han hecho Jon y compañía es simple y llanamente amoldarse a los tiempos modernos. Y parece que les va muy bien porque hasta la fecha llevan 27 años de fructífera carrera musical; ha llovido bastante desde aquel Runaway de 1984. Así y todo el grupo tiene el mérito de haberse ganado la admiración de nuevas generaciones y de meterse en el bolsillo a un público más nuevo. Así que ¡¡Bon Jovi Rocks!!
Si los autores tienen sus derechos, ¿por qué no también los lectores? He aquí un decálogo de derechos comunes de ese colectivo que lee y lee y lee .. y sigue leyendo; una lista en principio provisional, confeccionada por el escritor francés Daniel Pennac en su obra Como una Novela (1992). Pennac limita la lista a 10, pudiéndose añadir más, para hacer una comparación irónica con los 10 Mandamientos. Una visión rapida permite llegar a la conclusión de que para animar a leer hay que dejar bien claro que tenemos el derecho de leer a nuestro pleno gusto.
Aún así la lista puede parecer incompleta ¿Qué otros derechos nos asisten como lectores? Se admiten sugerencias. Por lo pronto invito a la reflexión de los mismos a los lectores de esta web.
Gracias a Shanny y su blog Lienzo de Palabras por el traspaso de la imagen.
Bajo este título tan sugerente y, casi diria que ilógico, quisiera explicar, o mejor aún, reivindicar la competencia, por llamarlo de alguna manera, hacia el libro que todo mortal conoce desde la invención de la imprenta de Guttenberg: el de papel, encuadernado, con tapas blandas o rústicas.
Con la llegada de la tecnología y del incipiente "virtualismo" que parece infectar todo, el mundo del libro parece no ser menos a esta plaga y por supuesto ha recibido su dósis letal: el libro electrónico o e-book (para aquellos versados en la bellísima lengua de Shakespeare léase [i:´buk]). Dicho de otro modo y a razón de ofrecer una explicación del término expuesto: un libro digitalizado en una especie de consola o mini pantalla de quién sabrá cúantas pulgadas. Sus ventajas tendrá por supuesto, pero ligadas a ellas vienen las consecuencias. Aquí me limitaré a exponer éstas últimas, a saber, pues tengo el placer de tener un e-libro en mi haber (me referiré a este formato de esta guisa, castellanizado como debe ser, a lo largo del escrito) para relatar experiencias de su aspecto, apariencia y lectura, en este orden. Y a mi parecer tiene más cosas malas que buenas, bibliofiliamente hablando, y vaticino que es un formato muy frío, en sentido metafórico.
Unos niños empiezan a dejar de serlo de la forma más cruda y, al mismo tiempo, más tierna; pero, sobre todo, de la forma más insólita. Pétalos al Viento es la segunda parte de Flores en el Ático y relata la fuga de los hermanos Dollanganger, Chris, Cathy y Carrie, de la siniestra mansión de sus abuelos. Encontrarán refugio en casa de un médico llamado Paul, que les acogerá y se convertirá en su tutor legal. Pero Cathy, cuyos fantasmas del pasado la persiguen, no puede olvidar el pecado que cometió con su hermano Chris, más aún frente a las continuas declaraciones de éste, ni la muerte del pequeño Cory. Las intenciones de Paul con su hermana, que crece cada día más hermosa, despertarán los celos en Christopher a la par que Cathy alimenta su sed de vengarse de su cruel madre y su despiadada abuela, lo cual la obligará a regresar al lúgubre Foxworth Hall. Esta novela está escrita con maestría, sensibilidad y gran valentía, pues la ternura infantil se torna erotismo, resentimiento y astucia.
¿Comprados, prestados, regalados, ganados?: ganados en un sorteo del blog Raveloteca.
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La suerte vuelve a sonreirme en tema librero y bloggero, tanto que estoy empezando a pensar si lo mio es racha o qué. La cuestión es que me encanta escribir sobre lo que gano, algo que me gusta tener en las manos, ver y hasta oler (una de las 1ª cosas que hago, lo confieso). Sí ¡bingo! libros ¿qué si no? Tras un pack de 5 que gané hace meses gracias al sorteo de Javier Ruescas hoy tengo el placer de decir idem con Bea en su Raveloteca, pues allí se sortearon 2 libros, novela y relato, escritos por una escritora novel: Cristina Caviedes, y que seguro su nombre sonará más fuerte porque las críticas leídas en torno a "Jugando con Fuego" e "Historias de una Gaviota" son buenas. Como prueba he aquí la foto del delito: ambos libros ganados, sanos y salvos en mi estantería particular, y hasta dedicados por Cristina, en una 1ª y reciente edición. Un lujazo.
Agradecer a Bea por el sorteo, el envío posterior, la notita de inquietud inquietante :-) y a Cristina. Dos historias más que van a parar a mi ya enorme lista de libros por leer ¡¡Menudo paraíso para una ávida lectora como yo!!
¿De qué va?: Un funerario. Una reina de la belleza. No tienen nada en común, excepto la muerte. En la vida estaban destinados a estar separados, pero un milagro los unirá. Una historia de amor única unida por un milagro que les cambió para siempre. La muerte les unió; la vida solo puede separarles.
¿Quién dirige?: Will Geiger. ¿Cuándo?: año 2007. ¿Quiénes están?: Max Minghella, Blake Lively, Joe Mantegna, Mary Steenburgen.