Cuando el cine se queda sin un argumento suficiente que esgrimir, no hay otra que despojarse de las exigencias más banales del cinéfilo más aférrimo y prepararse para una crítica féroz del producto. Y este es el caso de Perdona pero Quiero Casarme Contigo, basada en la novela homónima del italiano Federico Moccia; una visión patria de la Italia más in y pastelosa, y claro ejemplo de un film que perfectamente viene a engrosar las arcas del cine más comercial. Podría haberla dirigido Berlusconi que nadie lo hubiera notado, es más, hasta Il Caveliere bien prodría identificarse con el protagonista, Alex, un madurito encantador de "velinas" (veinteañeras) y fiestas con los amigos hasta las tantas. Y todos tan contentos.
Amor a la mediterránea
Álex, Nikki, ¿y el sí? |
El film está falto hasta de sensibilidad y cierto cariño en la puesta en escena. Moccia abusa demasiado de la música en ausencia de diálogos o en presencia de una simplicidad de éstos, el travelling para incitar al ritmo, la voz-en-off de sus personajes... Cualquiera diría que esto parece más una comedia americana que italiana, y perfectamente, dado que establece saltos de unas historias a otras, no nos importaría hacer zapping por la película que ninguna está plenamente desarrollada, como en los largometrajes Hollywoodienses más absurdos. Si vamos de una a otra sin recalar en ninguna no importa, la imagen en pantalla queda vacía de fuerza dramática, quizá debido o a unos actores mediocres o posiblemente a un desconocimiento brutal por parte del director del medio cinematográfico en el que se mueve su película. Y es que a pesar del éxito de sus novelas, Moccia bien debería saber con certeza matemática que trasladar literalmente los diálogos y conversaciones del papel a la pantalla es, en dos palabras, un imposible, no funciona.
Una feliz y sonriente Niki Cavalli |
Así es este alegato al amor para siempre con tintes de pelicula B (de
En lo personal, y como amante de la chispa y alegría del cine italiano moderno, me esperaba otra cosa.
CUIDADO, ESTO NO ACABA AQUÍ:
¿Versión fiel? Sí, aunque no abarca toda la novela (de 700 páginas) y resulta más inaguantable.¿Mejor o peor que la novela? Peor, pierde demasiado carisma.¿Merece la pena? Aún así, sí, solo por la curiosidad de ver cómo se traspasan los elementos literarios a la pantalla. Y eso ya es razón suficiente a tenor del resultado.
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