Sinopsis:
Olivia sabe que es fea y demasiado alta; resumiendo: gris. Cuando Malcom le pide en matrimonio ella no se lo piensa y a las dos semanas de conocerse le da el sí. Su desilusión empieza el mismo día de su matrimonio: sólo quiere su dinero y los hijos que pueda darle, pero los niños no son como él desea y pone sus ávidos ojos en la joven mujer de su propio padre. Malcom y Olivia destrozan la vida de Alicia, la madastra de Malcolm, quitándole a su bebé y las desgracias culminan con el matrimonio de Christopher y Corine, hermanastro e hija de Malcolm. Con Jardín Sombrío nos remontamos a los comienzos de Flores en el Ático.
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Mi valoración personal:
Ahora ya sabía lo que palpitaba en las sombras de Malcolm Neal Foxworth, lo que le atormentaba. Ahora ya sabía por qué había escogido una mujer como yo [...] No era por mi dulzura por lo que me había querido, era por mi severidad. (Olivia)
Los Foxworth-Winfield * |
Estamos ante una novela diferente (una precuela aunque culmine la serie), y nos brinda un más que merecido final, o principio según se mire. Sin importar demasiado desde qué parte del globo, región o país, independiente del año en que se leyeron los demás libros, es indispensable hacerse con un ejemplar de Jardín Sombrío. Los lectores cautivados por la historia de los Dollanganger, sin duda en todo el mundo y pertenecientes a muchas generaciones, no deberían dejar pasar la oportunidad de conocer en profundidad los hechos que alimentaron a los narrados en el resto de novelas, y poner así un punto y final a esta exitosisima saga literaria.
Es por ello que, para unir nexos y relacionar la narración, los personajes y los acontecimientos con el resto de libros, es importante y necesario respetar el orden cronológico de cada tomo. De este modo, el primer contacto con las vivencias de los muñecos de Dresde debe hacerse con Flores en el Ático, continuar con Pétalos al Viento, y a continuación proseguir con Si Hubiera Espinas, mientras que Semillas del Ayer debería ser disfrutada en última instancia. Si aún existe el deseo y la curiosidad de ser testigos directos de las experiencias que vivieron los antepasados de los hermanos, sin duda hay que completar el proyecto con Jardín Sombrío. Sería una picardía enorme no leerla llegados a este punto, aunque hay que decir que este 5º tomo puede considerarse un 1º, es decir, también puede leerse antes de Flores en el Ático. En todo caso, el orden de los factores no altera el producto: disfrutar de esta historia sin igual que nos dejó la escritora V.C. Andrews.
En otro tiempo tuve un marido fuerte y poderoso, un hombre respetado y temido en la comunidad [...] Ahora tenía un patético inválido, una sombra de lo que fue. (Olivia de Malcolm)Ya no temía al gris, me había integrado en él. Era mi único color: el de mi pelo, el de mis ojos, el de mi ropa ... era el color de mis esperanzas, el color de mi vida. Esa era yo, en eso me había convertido. (Olivia)
Jardín Sombrío contituye una novela igual de emocionante (o más) que el resto. Sigue teniendo como temas centrales la ambición, el egoismo, el incesto, la muerte, las fatalidades del destino y por supuesto la traición. Los personajes, movidos por uno u otro factor, tienen personalidades muy marcadas. Así, Malcolm representa la malvad endemoniada; Olivia, la dulzura y templanza al comienzo, pero más tarde contagiada de la misma maldad que su marido (sorprendente el cambio en ella); Corrine, el poder de la belleza y Christopher, la bondad (igual que su ingenua madre Alicia), por mencionar al cuarteto central. Sin duda, Olivia es la que más sorprende. La novela está narrada en 1ª persona por ella misma, la abuela sin escrúpulos de Flores en el Ático; una mujer muy fuerte física y emocionalmente, gris de apariencia interna y externa, con un enorme arraigo por lo religioso y el pecado original. Malcolm, su marido, le sigue de cerca en sus pasos. Es un hombre con una apariencia muy engañosa, atormentado por un hecho que marcó su infancia y que será clave para el cambio drástico en Olivia, si bien es cierto que quien bien te ama, bien te hará daño. La traición le consume ya de viejo, y saldrá perdiendo, si bien es Olivia quien crezca muy por encima del malvado Foxworth.
En cambio, Corrine, la bella y dulce Corrine, aquí es una joven muchachita que ya empieza a mostrar apego por la ambición y el poder. Malcolm la antepone a todo y será el contrapunto de su "madre", fiel reflejo de lo que nunca fue Olivia. La progenitora de los hermanos Dollanganger es un enclave decisivo tanto en las vidas de Malcolm y Olivia, junto con el apuesto Christopher. La traición que cometerá con este último sin duda es central en cómo Malcolm se desprende del hombre que fue, convirtiéndose en un fantasma, y de cómo Olivia endureze su carácter a extremos muy difíciles de creer en la ya de por sí complicada naturaleza humana.
No había querido ser mujer y por buenos motivos: no me había servido de nada desde un punto de vista afectivo [...] Y aquí estaba Corine [...] Era tal el poder de aquella belleza femenina que cualquier hombre que estuviese cerca hubiera quedado realzado por ella. (Olivia de su "hija" Corine)
Portada en inglés |
Con todo, a Jardín Sombrío se le puede sacar mucho jugo. Es una novela completa, no deja ningún cabo suelto, está bien narrada y estructurada y despeja muchos por qués. Si se ha disfrutado (y emocionado) con las experiencias de los Dollanganger, este libro no dejará indiferente a nadie. Eso sí, su final, que en realidad viene a ser el principio de Flores en el Ático, mantiene la misma tensión que en el 1º libro, cuando una Cathy de 12 años narraba su llegada a un Foxworth Hall frío, oscuro y carcelario junto con sus hermanos. Volver la vista atrás en las páginas es cuanto menos desgarrador, y en esta ocasión más si cabe dado puesto que vemos qué sintió Olivia ante la presencia de los muñecos de Dresde, ese 1º contacto gélido y distante no descrito en Flores en el Ático, sabiendo a priori que estamos ante una mujer dura y profundamente malvada:
Deseaba portarme como una abuela normal, querer y mimar a mis nietos, que me mirasen con amor ¿Y con qué me había obsequiado Corine? Con la progenie del diablo. [...] Me había obligado a ser la carcelera de sus hijos. [...] Tendría que acorazarme para no amarlos pues el diablo siempre favorece, con encantos y hechizos, a quienes envía para hacer su trabajo. Yo tendría que convertirme en una fortaleza de piedra gris para que aquellos encantos no penetraran en mi corazón y me reclamasen para la obra del diablo [...] Me tentaba la dulzura de aquellos niños, pero endurecí mi corazón.
Aún así, conmueve leer esta cita pues se palpa la naturaleza de este personaje (bondadosa) y el gran cambio que se produjo en ella, un cambio a mal que ni Olivia quiere, pero se ve obligada a aceptar. Un clarísimo ejemplo del precio que hay que pagar por la traición.
Árbol genealógico de los Dollanganger |
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