Estoy que juro por todos los dioses del Olimpo que no puedo más con este asfixiante calor. La dichosa y pegajosa ola de calor africano se está alargando demasiado, y en España es brutal este tiempo. A mí me tiene hastiada perdía. Y es que el verano no está hecho para mí. Me sobran en el calendario los meses de junio, julio y agosto. ¡Septiembre ven pronto a mí!
Ahora en serio. Me permito off-topiquear un ratejo (¿cuándo fue la última vez que lo hice?) para explicar cómo sobrellevo este infierno de estación en cuanto al hábito lector se refiere. Si bien es cierto que en verano el ritmo del blog baja (¿lo has notado a que sí?), no tanto mis lecturas. Es más, al pasar menos tiempo delante del ordenador, más leo. No tengo portátil ni móvil de ninguna clase, mucho menos de estos con Internet incorporado, así que cuando blogueo lo hago desde mi ordenador de sobremesa en el asadero de pollos que se convierte mi habitación prácticamente todo el día. Así que es fácil adivinar que me entra una pereza enorme encender el PC, que el pobre se pone en nada de tiempo en unos... ¡¡39-40º!! Como para arrimarme a él.
Cabreada, y no porque odie la sopa |
Este calor, como ya digo, me asfixia, me pone de muy mala Puleva y me cansa más de lo normal, que sumado a mi alergia, me deja como un muñeco de trapo muchas veces. Así que me paso mucho tiempo o bien sentada o tumbada con un libro en el regazo y bajo el ventilador a tope, a menos que sople una brisa de levante y entre una brisita por la ventana que da gusto (aquí en Cartagena y en donde vivo hay días que viene un aire que sabe a gloria divina). Mi rutina lectora se reduce a leer después de comer, en la hora de la siesta, y en la misma habitación. Cada cierto momento me levanto, estiro las piernas, me refresco la cara y vuelvo a la lectura. ¡No miento cuando digo que a veces me quedo en ropa interior leyendo bajo el aire! Cada verano, por lo general, me planteo leer alguna saga o trilogía; con esto de leer más me confío en "enfrascármela" a lo largo de estos largos meses calurosos. Hace unos años ya lo hice con Ana de las Tejas Verdes y sus ocho tomos, y este, bueno, me he propuesto pasar el estío con el Señor Christian Grey. Ya contaré, que hay mucha tela.
Siguiendo el ritmo del ventilador... no hay otra |
¿Y cómo sobrellevo el verano con mis lecturas? Para nada leo en la playa ni en la piscina. A lo primero voy poco, y cuando lo hago me doy el chapuzón de rigor y para casa, y la piscina no es lo mío. Así que toca leer en casa con la compañía del ya clásico ventilador o aire acondicionado (en mi caso, ventilador de techo), algo fresco.... y los ronquidos de mi perro bajo el aire, que no es tonto. Últimamente me he aficionado a los zumos de naranja recién exprimidos y salidos de la nevera. Además de refrescar es un gran depurativo y antioxidante. Pruébalo, es lo mejor.
¿Cómo sobrellevas el verano mientras prosigues con tus lecturas? ¿O eres más de invierno como yo, de estar con la manta y en pantuflas al calor del radiador?
Sea como sea, que leas mucho.
Sea como sea, que leas mucho.
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