“Algunas razones para tener en mente al momento de escoger entre la chica del bar o la de la biblioteca, la del maquillaje corrido o la de la mochila repleta de libros.”
<< Sal con una chica que lea. Sal con una
chica que se gaste el dinero en libros en vez de en ropa. Que tenga
problemas de espacio en el armario porque tiene demasiados libros. Sal
con una chica que tenga una lista de libros que quiere leer y carné de
la biblioteca desde los doce años.
Encuentra
una chica que lea. Sabrás que lo hace porque siempre llevará un libro a
medias de leer en el bolso. Será la que mire con amor las estanterías
de la librería, la que llora silenciosamente cuando encuentra el libro
que quería. ¿Ves la chica rara que huele las páginas de los libros
viejos en una librería de segunda mano? Esa es la lectora. Nunca se
pueden resistir a oler las páginas, especialmente si están amarillentas.
Es la chica que lee mientras
está esperando en la cafetería del final de la calle. Si echas un
vistazo a su taza, verás que la crema del café está flotando en la
superficie porque ya está absorta. Perdida en un mundo que el autor ha
creado. Siéntate. Probablemente te mire fugazmente, como la mayoría de
las chicas que leen no le gusta ser interrumpida. Pregúntale si le gusta
el libro.