El niño que habitaba en el asteroide B 612 con una rosa orgullosa cumple 70 años
El pasado día 6 de Abril, un pequeño héroe intemporal que ansiaba que le dibujaran un cordero y a quien un zorro le pidió que le domesticara, cumplió nada más y nada menos que 70 años desde que un escritor y aviador francés llamado
Antoine de Saint-Exupéry lo ideara en 1943. Aquel héroe pequeño, inocente, encantador y menudo fue
El Principito. Y es que
todos a día de hoy, y a pesar de los años transcurridos,
guardamos un niño dentro, un Principito, tal y como el autor llega a citar en la dedicatoria: "Todas las personas mayores fueron al principio niños, aunque pocas de ellas lo recuerdan".
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El Principito en su hogar: el asteroide B 612 |
Este niñito, fiel compañero de una rosa orgullosa con la que vivía en un asteroide llamado B 612, rápida y fugazmente atrapó el corazón de pequeños y grandes, pues aunque
la obra de Exupéry es un libro infantil por la forma es la que está
escrito, entraña profundos valores humanos como la amistad, la
injusticia, el valor o el amor sentidos desde una perspectiva adulta. Es
a todas luces una obra muy humanista con la que el autor expresaba un
profundo deseo: evocar la felicidad de los niños con el descubrimiento del mundo. A través de la mirada dulce, la curiosidad infinita y la entrañable apariencia del pequeño habitante del asteroide B 612 llegamos a descubrir hasta la magia que encierra una novelita tan encantadora como su propio personaje, nos encerramos como en una burbuja y la dicha nos embarga.
“No se debe nunca escuchar a las flores. Sólo se las debe contemplar y
oler. La mía perfumaba mi planeta, pero yo no era capaz de alegrarme de
ello.” (Capítulo VII).
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- ¡Por favor, domestícame!-, dijo el zorro. |
¿Y qué hace tan especial la obra de Exupéry? Sin duda su metáfora latente que hay que entender para interpretar debidamente la novela. El Principito se hace preguntas que se dan por hechas y que no interesan a nadie (
Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día cada uno pueda encontrar la suya...), y ante sí se le impone un mundo adulto que no comprende. El narrador siendo adulto, por contra, intenta razonar como un niño. Con uno y con otro, y con la gran variedad de personajes que el pequeño héroe conocerá y los lejanos asteroides a los que viajará, entendemos que cada opinión que nos forjemos respecto a lo que leamos es una verdad, nuestra verdad, no habiendo una única forma de ver las cosas (cada lector es un mundo). Así, la doble perspectiva (niño y adulto) evoca dos críticas: sobre las cosas esenciales en la vida adulta y sobre cómo los niños condicionan el mundo de los adultos desde su inocencia e ingenuidad.
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Deshollinó los volcanes en actividad |
El Principito es uno de esos libros mal llamados infantiles pero destinado a todo tipo de lector. Incluso creo que empieza a valorarse y apreciarse, y así entenderse, en la edad adulta más que en la niñez, donde se hace lectura imprescindible en los centros escolares (que a veces son el incio de la no-lectura, es decir, leer por imposición más que por pasión no forja ávidos lectores que amen la literatura). Pero ocurre una cosa curiosa: leemos el libro a los 10 añitos de edad y no sabemos o queremos entenderlo; luego nunca más, relegando la novela al olvido. Es un error, considero, actuar así porque
El Principito de Exupéry es precisamente, gracias a su sencillo
lenguaje, su metáfora sobre la vida y su brevedad, un libro que hay que
leer más de una vez.
"Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos." (Capítulo X).
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Regreso a la niñez con El Principito |
Y he aquí la magia que rodea esta pequeña gran obra literaria:
a cada lectura aprendemos cosas nuevas que, siendo adultos, apreciamos de otra forma a cuando eramos niños. Esa es la eterna pugna sine qua non
El Principito no tendría sentido: la del niño queriendo entender un mundo de adultos frente al adulto queriendo ser niño de nuevo. ¿Hay algo más maravilloso que eso? Diría que no. Por ello el francés puede darse con un canto en los dientes porque su objetivo al crear a este pequeño viajero de planeta en planeta se cumple con creces; de repente regreso a mi niñez y la felicidad me invade, me siento pequeña aunque jamás pude alcanzar un asteroide o domesticar a un zorro para que jugara conmigo.
Con ilustraciones originales del autor, excepto la última.
Logo 70º aniversario original de su web oficial en español.
3 bibliofilias:
Lo reconocemos: las historia de El principito nos da da un poco de mal rollo.
Es bueno ser sinceros. A todos no nos puede gustar todo. En la variedad está el gusto.
Un saludo y gracias por comentar //
Linda reseña¡