Sinopsis:
En Roma, como en cualquier otra ciudad del mundo, los adolescentes quieren volar, buscan caminar «tres metros sobre el cielo». Las chicas como Babi se esmeran en sus estudios, hablan del último grito en moda y se preparan para encontrar al amor de sus vidas; los chicos como Step prefieren la velocidad, la violencia, el riesgo y la camaradería de las bandas, pero todos ellos se implican en la vida como si cada segundo fuera el último. Pertenecen a mundos distintos, desean cosas distintas pero tienen algo en común: el amor que les hará flotar y sostenerse, el amor que les hará encontrarse y cambiar: ellas se volverán más salvajes; ellos más tiernos. Mientras, allí abajo, la vida real ya les reclama.
Una novela romántica en toda regla, una especie de Romeo y Julieta del siglo XXI (Shakespeare no hubiera imaginado a sus amantes de Verona como lo ha hecho Moccia). La historia, aunque empieza violentamente y luego parece que se apacigua, viene salpicada con ciertos toques de humor además del romanticismo adolescente, algunos en forma de momentazos y puntazos de Babi con Step, ella muy modosita y él muy vacilón y chulo, dos polos opuestos que se atraen sin remedio. Tampoco faltan la tristeza y el dolor.
El modo de redactar del autor es muy propia, pues no utiliza frases largas y no da rodeos, pone aquello que de verdad interesa, con lo cuál no tienes oportunidades de perderte en descripciones inútiles. Los capítulos son cortitos, y eso lo hace más ligero. Puede que este escritor no sea el mejor narrando ni reciba un Nobel de Literatura, pero lo que es evidente es que sus libros llegan, son un fenómeno social y entretienen. Moccia consigue que en 415 páginas pasen mil cosas, todas diferentes y repletas de muchas emociones. Esto suma un punto a favor por mi parte.
El modo de redactar del autor es muy propia, pues no utiliza frases largas y no da rodeos, pone aquello que de verdad interesa, con lo cuál no tienes oportunidades de perderte en descripciones inútiles. Los capítulos son cortitos, y eso lo hace más ligero. Puede que este escritor no sea el mejor narrando ni reciba un Nobel de Literatura, pero lo que es evidente es que sus libros llegan, son un fenómeno social y entretienen. Moccia consigue que en 415 páginas pasen mil cosas, todas diferentes y repletas de muchas emociones. Esto suma un punto a favor por mi parte.
Pintadas de amor en el puente |
Step, Babi ... y la moto |
En definitiva, un libro juvenil para reir, soñar y llorar. Yo saco una curiosa conclusión de su lectura: que ya me gustaría tener a mi particular Step (un morenazo italiano, con los ojazos de Scamarcio y con moto, que corre como Rossi, molón y hasta tierno) y que también me hubiese gustado dar un escarmiento, en este caso, a mi profesor de latín de mis días de 2º de Bachillerato previos a la selectividad. Y lanzo igualmente una pregunta: ¿por qué siempre tienen que acabar separados los enamorados? Buscaré la respuesta en la continuación de la historia: Tengo ganas de Tí (Ho voglia di te).
EN RESUMIDAS CUENTAS:
Puntuación: 10/10 (Matrícula de honor)
Bibliofiliómetro:
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