200 seguidores

>> Es de bien nacidos el ser agradecidos

Lo confieso: no me fijo en estas cosas. Cuando entro a Blogger miro más que nada, lo primero que hago, los comentarios (aquí bautizados como bibliofílias), que para más inri, ya van unos cuantos, en concreto unos 139 a fecha de hoy. Pero los seguidores, no. ¿Qué decir? Que sí, importan y mucho, que un blog se alimenta de ellos, que si no hay nadie que te siga y lea esto está muy triste, que si... que si...

La cuestión es que hoy me he fijado, y cuál ha sido mi sorpresa llevo ¡¡200 seguidores!! Confieso también que quería llegar a tal cifra antes de fin de año, y mire usted por dónde, a falta de un mes para Navidad se ha conseguido (aplausos por favor). No he hecho nada para merecerlo. Bueno, me explico mejor (me explico como un libro cerrado, lo sé): no he ido pidiendo votos como cuan político, ni rogando ni nada por el estilo. ¿Ahora sí se me entiende? ;) Quienes están, están porque se han querido unir simple y llanamente porque les gusta lo que escribo y cómo lo escribo. Y punto pelota.

A tod@s ell@s... ¡¡GRACIAS!!

2ª confesión además: sé que a veces los posts no están muy elaborados, o no dicen nada al común de los mortales; otros están super trabajados gracias a la inspiración y motivación que en ese momento tenía... Pero una cosa es indudable: l@s blogger@s lo somos por pasión, esto que hacemos es un hobbie, nadie nos paga por este trabajo de horas y horas delante de un ordenador, peleándonos con el lenguaje (a ver cómo digo esto y expreso aquello) y tirándonos de los pelos con el diseño porque, ya se sabe, el continente también es importante, junto con el contenido. Algo que los Bloggers sabemos a ciencia cierta.

Tampoco organizo concursos (me doy cuenta que quien los convoca tiene una burrada de seguidores), y dicho sea de paso, no los haría por el afán de sumar adeptos, no es algo que me quite el sueño (siempre he querido que estos llegaran solos). Con lo cual, en estos 3 años online que he cumplido este mismo mes la cifra de 200 me sabe a pura gloria. Sé que de esos 200 una cuarta o quinta parte ni me leen (se unieron en su día y luego ¡puf!, ya nada se supo de ell@s), pero de vez en cuando un grupito selecto de personas se pasan y me regalan unos minutos de su precioso tiempo en forma de bibliofília (en Internet el tiempo es oro). Que se den por aludid@s porque saben quiénes son (si tú que lees esto comentas en mi blog regularmente, estás en dicho grupo). A tod@s, gracias, sabéis que intento devolveros el comentario siempre que puedo.

Los comienzos siempre son duros, y recuerdo que los mios lo fueron. Recuerdo escribir primero para mí y segundo para mí, nadie me leía ni sabía de esto. Ahora saber que escribo para mí y para más gente es una satisfacción. Adquieres un concepto diferente de lo que puedas escribir: ya sabiendo que tienes que gustar a un público lector y no perderlo por el camino, ofreciendo contenido medianamente de calidad, lo que me convierte en eso que llaman gestor y divulgador de contenidos web, en género femenino claro está (ejem). Queda muy fino, eso sí.

Por tanto, a quienes me leen os lanzo un sincero gracias. Un agradecimiento expreso por pasaros por este rincón literario y personal llamado Filóloga Bibliófila y por abrir debates interesantes en torno a la literatura, ese arte que nos mueve a quienes tenemos un blog de esta materia. Espero seguir en la brecha y seguir sumando adept@s... porque sí, porque ell@s así lo desean.